El intercambiador de calor de grandes dimensiones y las potentes formas eléctricas permiten bajar la temperatura del aire comprimido desde 120°C hasta una temperatura de salida 9°C superior a la temperatura ambiente.
Las caídas de presión se reducen al mínimo y el condensado formado se descarga a través del separador del condensador montado a la salida del intercambiador de calor.